La vida es danza. El arte y la ciencia de la Danza Movimiento Terapia (Hilda Wengrower y Sharon Chaiklin, coordinadoras), Barcelona 2008, editorial Gedisa.
Texto de la contraportada:
El reconocimiento científico del paradigma cuerpomente y sus implicaciones para una salud integral ha sido paulatino y constante desde mediados del pasado siglo, cuando bailarinas como Marian Chace o Mary Whitehouse empezaron a preguntarse cuáles eran los motivos por los que personas que no pensaban dedicarse a la danza profesional asistían a sus clases. Hoy en día no podemos descartar el cuerpo como fuente de información y curación y como lugar de manifestación de la enfermedad, tanto física como psíquica. Nuestras posturas y movimientos, el modo en que ocupamos el espacio, nos hablan analógica y simbólicamente de tensiones, emociones, relaciones con los otros e historias de vida.
La vida es danza es probablemente la más rigurosa y completa presentación en lengua castellana de la Danza Movimiento Terapia, una profesión interdisciplinaria emergente que ha evolucionado a partir de una síntesis entre el arte del movimiento y la danza y la psicología. Una disciplina que puede intervenir eficazmente en los campos de la salud mental, la educación especial, la rehabilitación y, en general, allí donde hay sufrimiento e incapacidad, pero que también puede contribuir a la prevención y el cuidado de la salud.
Los diversos autores y autoras que participan en esta obra nos hacen partícipes de su propia especialidad y de sus aportaciones como danzaterapeutas experimentados en la clínica, la docencia y la investigación, y si bien difieren en mayor o menor medida en lo que concierne a sus culturas o perspectivas teóricas, todos ellos comparten los postulados básicos de la DMT:
1.- La concepción del ser humano como unidad cuerpomente y de la danza movimiento como expresión de esa unidad.
2.- El reconocimiento del potencial terapéutico de la acción creativa y artística y del movimiento en particular.
3.- La noción de una relación terapéutica basada en la distinción entre el trabajo llevado a cabo por un maestro de danza y un profesional de la DMT, en donde el arte se pone al servicio del sujeto y su salud, tanto física como psíquica.